Con gesto afeminado es el título que Manu Arregui ha dado a su último trabajo, una instalación consistente en un montaje de vídeo y una pieza escultórica.
La película de ballet Spring night, 1935 ha proporcionado al artista un rico material que cargar con nuevos atributos políticos, retomando los conceptos de clase y género que aborda el metraje original. Su investigación abarca principalmente la noción de masculinidad, desarrollada en torno al cuerpo en movimiento, sirviéndose de las afeminadas coreografías de Los Ballets Rusos. Arregui solapa e interrumpe la reproducción lineal de su película con una ventana de chat, desvelando detalles de la producción, exponiendo así la artificialidad inherente a todo proceso representacional y contextualizando su creación en el ámbito tecnológico del presente.
Spring Night fue dirigida por Tatiana Tuttle y coreografiada y bailada por David Lichine. Sus orígenes creativos se remiten a la esfera de influencia de Sergei Diaghilev. Cuenta la historia de una sirvienta que encuentra una estatua en el bosque. Cuando ella se adormece, la figura cobra vida. En su trabajo, Manu Arregui, ha invertido el sexo de la protagonista, exponiendo el subtexto homosexual de la película analizada. Esa narrativa le ha servido para abordar temas como el desajuste del individuo frente a la sociedad y sus imperativos sexistas de masculinidad heteronormativa, los movimientos políticos vinculados a la liberación de las minorías, la reflexión sobre el cuerpo y el desafío a la normalidad que ha venido tratando a lo largo de su carrera.
La determinación de Arregui es cuestionar los modelos y narrativas audiovisuales hegemónicas y la ampliación de las posibilidades del medio para registrar, interrogar y potenciar formas provistas de otros valores éticos. De esa forma ofrece una crítica del machismo y la misoginia, utilizando el lenguaje de la industria del entretenimiento, recontextualizando y reinterpretando elementos de la cultura popular.
En un análisis de las películas de Hollywood en su construcción de un lenguaje fílmico resulta obvio valorar que se trata de un lenguaje sexista, es un cine de exclusión que el artista ha tratado de subvertir en varios de sus trabajos desarrollando una estética engañosamente comercial detrás de la cual subyacen elementos críticos, así como reivindicaciones de los derechos del colectivo homosexual y la mujer. Como ejemplo, algunos de los trabajos introducen referencias a las producciones musicales como Coreografía para 5 travestis, 2001 o Un impulso lírico, 2007. Con gesto afeminado supone un paso evolutivo en su habilidad por aunar el género musical con recursos propios del cine de vanguardia.