En Sed de Infinito el autor se apropia de los elementos formales del melodrama cinematográfico, para lo que ha contado entre otros recursos con la colaboración de Elsa Fábregas, actriz cuya voz pertenece al subconsciente colectivo de los españoles por haber doblado a grandes actrices clásicas del celuloide en papeles míticos, como la heroína de Lo que el viento se llevó, 1939.
El vídeo propone una narración a varios niveles donde convergen tópicos románticos sobre las emociones humanas y reflexiones acerca del arte, la realidad y su simulacro.
Valores como el sacrificio, el sufrimiento, la lucha en un entorno hostil, resucitan en un imaginario que nos recuerda la vigencia de los parámetros del «romanticismo» y su resurgir en los discursos de los media aunque bajo nuevas formas: televisivas, publicitarias, videojuegos…
El paisaje y las referencias al ideario romántico también son evidentes. La naturaleza se convierte en la única fuente de pureza y verdad y al tiempo en un personaje incontrolable sujeto a sus propias leyes. Por otra parte, como en otras creaciones de Arregui, se alude a la propia herramienta digital como generadora «de nuevas vidas», de personajes «sin padre» que una vez lanzados al hiperespacio vagan sin rumbo…En sus palabras, la madre se refiere a esta naturaleza artificial: «Pero cariño mira tras el decorado… ¿Sientes el frío de esta nieve de mentira?…y mis manos no son manos…» Y al concepto de eternidad que estas naturalezas tienen frente a la finitud de los seres de carne y hueso. «Otra vuelta más, hijo mío. Ya estamos aquí otra vez….”